Adoro la t
arta de queso. Pero sobre todo me encanta dejar el último sorbo de vino para acompañar la tarta en el postre. La he comprado muchas veces en tarrinitas individuales, e incluso la he hecho con el preparado de Royal. Pero es evidente que no es lo mismo. Sabía que existía una receta relativamente sencilla para hacerla, y que mantendría ese gusto a queso de verdad que debe tener. La encontré, la hice y me salió exquisita (como el que no tiene abuela...). Bueno, como se que todo este rollo no os importa y lo que de verdad queréis es que os pase la receta, ahí va:Ingredientes:
Para la base: medio paquete de galletas maría y 40 gramos de mantequilla.

Para la tarta: 1 tarrina de queso de untar, 3 huevos, 3 yogures naturales, 3 cucharadas de harina y 10-12 cucharadas de azucar, y mermelada del sabor que mas os guste.
Para hacer esta tarta hace falta un molde de este tipo, para poder quedarnos con la tarta en la bandeja una vez enfriada y cuajada.
Lo primero es precalentar el horno mientras preparamos la receta a 200º. Empezamos por preparar la base. Para ello, machacamos las galletas con un mortero hasta quedarnos con todas molidas. Derretimos la mantequilla en el microondas y la mezclamos con las galletas, formando una pasta, que extenderemos sobre el molde uniformemente, y dejamos aparte.
A continuación, metemos en el vaso de la batidora el resto de ingredientes (el azucar lo debéis controlar a gusto, ya sea que la queráis mas o menos dulces y que los yogures sean azucarados o no), y los batimos lo suficiente para que no queden grumos. Vertemos la mezcla en el molde, bajamos la temperatura
del horno a 180º y dejamos hacer durante 25 minutos. Pasado este tiempo, pinchamos con un palillo y si sale limpio, está lista. Paramos el horno y dejamos reposar dentro dos minutos. Sacamos del horno, dejamos enfriar a temperatura ambiente, y a la nevera hasta que esté completamente fria. Una vez lista, desmoldamos y la cubrimos con la mermelada. Y lista para servir y degustar.Pero como dije al principio, lo mas delicioso es acompañarla de la última copa de vino de la cena. Y es que para darse un homenaje no hace falta mas que ganas. Que os aproveche.